Aún nos sentimos como si hubiera pasado por encima de nosotros un alud. Los previos fueron duros e inquietantes. Una conjunción de adversidades se agolpaban. Pero desde la trinchera más complicada de los últimos años comenzamos a ganar la batalla más difícil. La del convencimiento de que entre todos, más juntos que nunca, podríamos alcanzar un triunfo inapelable que la realidad parecía cuestionar. Desde la resistencia entendimos que el victimismo nos empobrecía y aburguesaba al mismo tiempo. Pero que desde la debilidad, con coraje, actitud, responsabilidad, humildad y empuje podríamos cambiar nuestros idus y lanzarnos, durante 2 horas y 20 minutos frenéticos, a por el triunfo final. Y la hazaña se repitió dos noches más...Nada ha podido destruir nuestra capacidad de ser nosotros mismos frente a nuestros propios miedos. Los referentes sentimentales siguen intactos. Aportan cordura, estabilidad y sensatez. Hay espacios que respiran de otra manera. La Pasión es uno de ellos. Contiene los sedimentos que sostienen los sueños. Como si la épica se hubiera instalado (para siempre) en Casarabonela...
Pedro Olalla
Ya estamos construyendo la Pasión 2020...
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